hambre emocional: una relación complicada

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**Con información de Flavio Calvo, doctor en Psicología

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Ser gordo es mucho más que una cuestión de peso, de medidas y de talles, es una cuestión de emociones, de familia, de sociedad, de maltratos y mandatos, y de muchos otros temas.

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Hay emociones que se tapan con comida, suelen ser las que no son placenteras sentirlas.
Es muy común silenciar con comida la tristeza, la ansiedad, o el aburrimiento

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Es válido reconocer que hay emociones que realmente reciben una resolución momentánea con ciertos alimentos. 

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Por ejemplo, el chocolate produce serotonina, un neurotransmisor que produce una sensación de bienestar mental y mejora el estado de ánimo, pero este estado no deja de ser efímero

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Una persona puede ingerir varias “dosis” de chocolate para sostener una emoción positiva, pero luego podrá convertirse en culpa o enojo, muchas veces acompañada de autocondenación

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La autocondenación señala que una tristeza, que se trató de solucionar con una comida, se convierte a largo plazo en algo mucho más negativo
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La forma de expresar emociones y de comer es aprendida. es que las circunstancias son 10% lo que sucede y 90% cómo lo interpretamos
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Nuestra manera de expresar emociones e interpretar la realidad se relaciona directamente con nuestros contextos de aprendizaje como la familia y los primeros vínculos
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¿Alguna vez te detuviste a prestar atención a cómo comés? La fuerza con que lo hacés, la velocidad, la forma en que la experimentás con cada emoción.

Edición: Camila Charris

25 de noviembre de 2021