Para celebrar el primer año de los bebés, en Corea del Sur llevan adelante un evento tan particular como impactante: el doljabi, que nació 2000 años a.C.
Allí, se presentan varios objetos relacionados con profesiones o deseos. Según la tradición, el que el niño agarre primero marcará su futuro.
Así, un ovillo de lana figuraba una vida larga; un atado de papeles de colores, vida plena; un juego de escritura, futuro gubernamental; y una bolsa de monedas, riqueza.
También, dependiendo el sexo, se colocaban arco y flechas como símbolo de valor y excelencia militar; y un dedal para las niñas, como signo de buenos modales.