Los egipcios siempre tuvieron un gran respeto por la fauna. Las mujeres de la alta sociedad solían tenían gacelas de mascotas, mientras que los faraones decidían qué animales los acompañaban.
Sus deidades eran zoomorfas y los animales, sus símbolos vivientes. Había animales muy respetados, ya que eran vehículos tomados por los dioses para transitar en la tierra.
Para honrar a la diosa Bastet, domesticaron a los gatos. Les reconocían su elegancia y su valoraban su capacidad para la caza, ya que protegían los cultivos de los roedores
Eran considerados de buena suerte, porque al eliminar a los roedores y serpientes, disminuían las enfermedades.